martes, 3 de septiembre de 2013

Back to School is Cool






Artículo publicado el 3 de septiembre de 2013 en el diario La Opinión de Murcia

En un primer momento pensé en titular este artículo con el topicazo de La Vuelta al Cole, que es lo que toca, pero ya que estamos en tiempos de enseñanza bilingüe y dado que el inglés ha parasitado definitivamente nuestro viejo idioma común, por otra parte en desuso en amplias zonas del territorio nacional, finalmente he titulado este artículo con un slogan en el idioma del imperio, del nuevo imperio, que queda como más moderno y respetuoso con la pluralidad lingüística de España que prefiere el inglés como idioma común de todos los españoles, qué cosas. Sin embargo a mí me gusta más la vieja fórmula de La Vuelta al Cole, precisamente porque no deja de ser un título un tanto regresivo que nos transporta a tiempos pasados y, por pretéritos, felices. La vuelta al cole evoca los miedos agridulces y escolares tras el largo paréntesis de las vacaciones de verano. Vuelta al cole y otoño, vuelta al cole y ropa de abrigo, vuelta al cole y libros nuevos, vuelta al cole y amigos viejos, vuelta al cole y madrugones, vuelta al cole y bocadillo de sobrasada. Para muchos, para los adultos, la idea de volver al cole, al cole de nuestra infancia, nos reconcilia con la nostalgia de la vacación perdida, con la crudeza de la cuesta de septiembre, tan dura como la de enero, y con el reencuentro con el sueldo recortado una vez consumida hasta la heces la paga extraordinaria de verano.
            Sin embargo, para muchos de nosotros la vuelta al cole es otra cosa. Para millones de españoles la vuelta al cole es la vuelta a la cola del paro, al impago de las hipotecas, a la compra imposible de libros escolares, al cada vez más cercano fin de las ayudas y subsidios. Para muchos empresarios la vuelta al cole es la vuelta a la cola mendicante de un préstamo financiero por caridad, en esos mismos bancos que, tras causar la ruina de España y ser reflotados con dinero de todos los españoles, nos avisan de que no devolverán los cuartos prestados mientras reparten beneficios millonarios entre sus accionistas. Para muchas amas de casa la vuelta al cole es la vuelta a la cola del milagro de cada día, el milagro de multiplicar los panes y los peces, a veces tan escasos como los del Evangelio. Para muchos ancianos la vuelta al cole no significa nada, pues en nada ha cambiado su vida aparcada en la residencia, sea verano o invierno.
            Para la España oficial, una vez repuestas las fuerzas tras sus merecidas vacaciones, la vuelta al cole es la vuelta al Corral de la Pacheca en que se ha transformado España, la vuelta a los linchamientos medíaticos y a las tribulaciones de una Familia Real en trance de disolución, la vuelta a la televisión basura, la vuelta a la comedia trágico-cómica, la vuelta al pan (poco) y fútbol (mucho). Para la España política  la vuelta al cole es la vuelta al Patio de Monipodio, Sevilla tuvo que ser, en la que Curro Jiménez (que me lo pintaron patriótico y de derechas) y Diego Corrientes (que se me antoja de izquierdas por aquello tan trilero de que a los ricos robaba y a los pobres socorría) se han quedado mancos ante los nuevos bandoleros que trajinan de Despeñaperros pa abajo y de Despeñaperros pa arriba.
            Finalmente, para los de por aquí, como leía en Facebook ayer mismo, la vuelta al cole es la vuelta a la normalidad, o sea a la Feria de Septiembre, es decir la no vuelta sino la eterna permanencia en el jolgorio y la fiesta, pues a esta fiesta le seguirá otra y así hasta el verano que viene, si Dios quiere.
            La vieja vuelta al cole… qué tiempos aquéllos.

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