miércoles, 30 de enero de 2013

Antonio Díaz Bautista y la luz del Renacimiento


Antonio Díaz Bautista



(Obituario publicado el día 30 de enero de 2013 en el diario La Opinión de Murcia )




Tras la noche oscura de la Edad Media llegó la luz del Renacimiento. El hombre renació a las culturas clásicas de Grecia y de Roma y surgió una nueva forma de ver el mundo y al propio hombre, y con ella floreció el interés por las artes, por la cultura y por la ciencia.
Créanme si les digo que Antonio ha vivido bañado por la luz del Renacimiento. Su pasión por el Derecho, la ciencia, ha corrido pareja con su amor por el arte y la cultura en todas sus manifestaciones, la pintura, la música, las letras. Y siendo un hombre culto y eminente lo ha sido aún más al no renunciar jamás a sus raíces y a su tierra.
Murciano auténtico, reflejó la luz de su tierra en sus cuadros, pintó sus calles, sus procesiones, sus gentes, sus huertos, sus soles abrasadores.
Murciano de sangre, coloreó sus escritos con hablares de antes, con palabras olvidadas y renacidas de su pluma, con anécdotas de la vida antigua.
Murciano culto, entendió plenamente el lenguaje universal de la música, del que gozó intensamente.
Murciano gentil y caballero, maestro querido y admirado por sus discípulos, amigo querido por sus amigos, padre y esposo adorado por su mujer, Carmen María, y por sus hijos, Adolfo y Carmen Mari, todo lo que fue lo entregó generosamente a los demás desde su cátedra en la Universidad de Murcia, desde la Asociación Pro Música, desde la Junta del Real Casino de Murcia, desde los lienzos de sus pinturas, desde las páginas de los libros y los diarios, desde la Real Academia de Medicina, en la que ostentaba uno de los títulos más hermosos que conozco y que mejor define su perfil renacentista, el de Académico de Erudición.
He tenido la suerte, primero, de haber sido su alumno y, luego, de no haber dejado nunca de ser su discípulo. He recordado con él, como lo habrán hecho al saber de su muerte muchas generaciones de juristas murcianos, a Aulus Agerius y a Numerius Negidius, personajes ficticios usados en la jurisprudencia romana para personificar al demandante y al demandado. Con él entendí, entendimos, la abstracción de la litis contestatio, el momento central del proceso romano. Y por él conocí, conocimos en verdad, qué es el Derecho.
He tenido la fortuna de ser compañero suyo en la Junta del Real Casino y juntos hemos hecho muchas cosas buenas. Hoy el Casino, el viejo Casino de la vieja Murcia, se siente huérfano por la ausencia demasiado temprana de quien le dedicó muchas horas y muchos desvelos.
 Y he gozado intensamente de su amistad, de gratísimos ratos de conversación amena e inteligente de la que rara vez se ausentaban su humor finísimo y su amor y admiración por la cultura germana, por los paisajes ensoñadores de la vieja Alemania, por el idioma de Goethe y de Rilke, que él hablaba perfectamente y que yo apenas chapurreo.
Antonio Díaz Bautista ha sido un hombre ejemplar en el más amplio sentido de la palabra. Si él quiso parecerse a Murcia, la tierra que le dio la luz primera, justo sería que Murcia quisiera parecérsele, a él, que obsequió a Murcia con la luz del Renacimiento.
.

No hay comentarios: