martes, 18 de octubre de 2011

Oh Cáritas

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(Artículo publicado el 18 de octubre de 2011 en el diario La Opinión de Murcia)






Es el título de una extraña canción compuesta e interpretada en latín por el músico británico Cat Stevens a comienzos de los setenta. Muchos de ustedes recordarán al autor de Father And Son, Wild World, Morning Has Broken o Moonshadow, que se convertió al Islam en 1978. Hoy, Yusuf Islam ha vuelto a componer e interpretar canciones pero, más que por su música, el cantante musulmán es reconocido en todo el mundo por su labor humanitaria en favor de los más necesitados, a la que ha dedicado su fortuna y a la que destina la recaudación de sus discos y conciertos.


Oh Caritas fue una canción extraña en su tiempo y hoy, casi cuarenta años depués, continúa siendo una extraña canción:



Hunc ornatum mundi nolo perdere


Video flagrare omnia res


Audio clamare homines…


(No quiero perder la armonía del universo


Veo todas la cosas ardiendo


Oigo a todos los hombres clamando…)



Nunc extinguitur Mundi et astrorum lumen


Nunc concipitur mali hominis crimen


Tristitate et lacrimis gravis est dolor


De terraquae maribus magnus est clamor…


(Ahora se extingue la luz del Mundo y de los astros


Ahora los hombres malvados conciben crímenes


Tristeza y lágrimas, grave es su dolor


Grande es el clamor de la tierra y de los mares…)



Oh Caritas, Oh Caritas, Nobis semper sit amor…


(Oh Amor, Oh Amor, el amor está siempre con nosotros…)



Cáritas es también la denominación de la confederación de entidades de caridad y acción social de la Iglesia Católica. Casualmente ha caído en mis manos la Memoria de 2010 de Cáritas Española, en la que proclama que su misión es ser Iglesia pobre para los pobres. Decía Santo Tomás de Aquino, de quien Chesterton escribió la que tal vez sea su mejor biografía, que la misericordia es “la tristeza del mal ajeno, pero en cuanto se estima como propio”. El Papa Benedicto XVI señala en Deus Caritas Est, su primera Carta Encíclica, que Cáritas es “el ejercicio del Amor por parte de la Iglesia”. Amar a tu prójimo como a ti mismo: dar de comer al hambriento y de beber al sediento, vestir al desnudo, consolar al afligido…. En su encíclica Benedicto XVI escribió que ”se ha de recordar de modo particular la gran parábola del Juicio Final, en el cual el amor se convierte en el criterio para la decisión definitiva sobre la valoración positiva o negativa de una vida humana. Jesús se identifica con los pobres: los hambrientos y sedientos, los forasteros, los desnudos, enfermos o encarcelados: «Cada vez que los hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis»”.


En España hay seis mil Cáritas parroquiales y sesenta y ocho Cáritas diocesanas que cuentan con la colaboración de 62.000 voluntarios, de ellos 1.100 en la Región de Murcia. En 2010 fueron atendidos casi seis millones y medio de personas con un presupuesto de doscientos cuarenta y siete millones de euros. Más de ciento sesenta millones procedieron de aportaciones privadas, incluidos los casi diez millones de euros aportados por los propios destinatarios de las ayudas. Ayudas a la infancia más abandonada, a la juventud más apremiada, a los mayores más desvalidos, a los enfermos que más rechazo social generan, a los inmigrantes solos e incomunicados, a las personas sin hogar, a los reclusos y ex reclusos sin apenas futuro, a los que pasan hambre y a los que no tienen con qué abrigarse o dónde cobijarse.


Hoy los comedores sociales de Cáritas en Murcia no dan abasto. Son muchos los que se acercan cada día para conseguir algo de comida que llevar a su casa. Ya no son únicamente los transeúntes sin trabajo o los mendigos venidos de lejos. Se trata cada vez más de hombres y mujeres de aquí, que hasta hace muy poco tenían un trabajo y una casa y que ya no pueden alimentar a sus hijos. Se trata de muchos que lo han perdido casi todo, excepto la dignidad. Tal vez por ello, por la dignidad que aún poseen quienes están necesitados, fue que el propio Benedicto XVI escribió en su primera encíclica que “se trata de seres humanos, y los seres humanos necesitan siempre algo más que una atención sólo técnicamente correcta. Necesitan humanidad. Necesitan atención cordial”.


El Papa rubrica su encíclica con unas palabras que no dejan de recordarme la canción que escribió en latín Cat Stevens: “El amor es una luz –en el fondo la única- que ilumina constantemente a un mundo oscuro y nos da la fuerza para vivir y para actuar. El amor es posible, y nosotros podemos ponerlo en práctica porque hemos sido creados a imagen de Dios. Vivir el amor y, así, llevar la luz de Dios al mundo: a ésto quisiera invitar con esta Encíclica”.


El Islam y el Catolicismo, tan lejos y, sin embargo, tan cerca.


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2 comentarios:

Christian Landaeta Torres dijo...

Profético y vigente desde la creación del tema,no ?. Maestro Cat Stevens !

La Pecera dijo...

Sí, Christian, profético y vigente. Cada día más. Pero el mundo sigue mirando hacia otro lado y los esfuerzos de caridad, aunque muchos y sinceros, son insuficientes. Anteayer se comentaba en la prensa local de Murcia que los almacenes de alimentos de Cáritas están vacios, que no dan abasto a las peticiones de ayuda (¡de alimentos!) que reciben diariamente y que son conscientes, además, de que no son todas. Hay mucha gente que no pide porque se avergüenza de hacerlo. Mientras, hay mucha gente que mira hacia otro lado y no siempre por egoismo o por desinterés. En muchas ocasiones es por miedo a ver su cara en el rostro del necesitado, o porque no tiene la ayuda en su mano o cree que es insuficiente (apenas unos céntimos), o porque no sabe como ayudar... Por eso es tan importante Cáritas, porque Cáritas hace que lo poco de unos pocos sea mucho para muchos.
O Caritas, O Caritas, nobis semper sit amor...