miércoles, 2 de febrero de 2011

Trabaluengas

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(Artículo publicado el 1 de febrero de 2011 en el diario La Opinión de Murcia)






Mi querido e insustituible lector malasombra, ése que siempre lee mis renglones al revés, me afea que haya escrito alguna vez que los españoles tenemos cierta dificultad para hablar correctamente el inglés. Es cierto que tengo esa percepción, la de de que los españoles estamos reñidos con el aprendizaje de idiomas, pero también es cierto que no soy el único que piensa así. Una encuesta señala que mientras que el ochenta por ciento de los habitantes de Dinamarca, Holanda o Suecia son capaces de mantener con fluidez una conversación en un idioma extranjero, el cuarenta y siete por ciento por ciento de los españoles reconoce que no sabe hablar ningún otro idioma. Y mucho me temo que en ese cincuenta y tres por ciento restante abunden quienes confunden el spanglish o el macarronglish con el inglés. Y es que hablar o escribir bien un idioma es algo muy difícil. Si no me creen, prueben a pronunciar, e incluso a escribir, estas frases que en inglés son conocidas como tongue-twisters.





I can can the can, but the can can't can me



(Yo puedo enlatar la lata, pero la lata no puede enlatarme a mi)





O esta otra, que ya es un clásico, y que cuenta además con tres niveles de dificultad:




Three witches watch three Swatch watches. Which witch watches which Swatch watch?



(Tres brujas miran tres relojes Swatch. ¿Que bruja mira qué reloj?)





Three switched witches watch three Swatch watch switches. Which switched witch watches which Swatch watch switch?



(Tres brujas transexuales miran los botones de tres relojes Swatch. ¿Que bruja transexual mira los botones de qué reloj Swatch?)





Three Swedish switched witches watch three Swiss Swatch watch switches. Which Swedish switched witch watch which Swiss Swatch watch switch?



(Tres brujas suecas transexuales miran los botones de tres relojes Swatch suizos. ¿Que bruja sueca transexual mira a qué botón de qué reloj Swatch suizo?)





Aunque si les parece difícil en inglés, no se pierdan lo que los alemanes llaman Zungenbrecher y que es lo mismo:





Wenn Fliegen hinter Fliegen fliegen, fliegen Fliegen hinter her



(Cuando las moscas vuelan tras las moscas, las moscas vuelan persiguiéndose)





Fischers Fritze fischt frische Fische, frische Fische fischt Fischers Fritze



(El pescador Fritze pesca peces frecos, peces frescos pesca el pescador Fritze)





También en español existen estas frases especialmente diseñadas para la práctica del idioma llamadas trabalenguas. Aquí tienen dos clásicos.





Pablito clavó un clavito



en la calva de un calvito.



En la calva de un calvito



un clavito clavó Pablito





El perro de San Roque no tiene rabo



porque Ramón Ramírez se lo ha robado





Y de postre les obsequio con dos trabalenguas más. Son más modernos y tienen algo de coña. Que los disfruten.





Pata, Peta, Pita y Pota,



cuatro patas con un pato



y dos patas cada una.



Cuatro patas, cada pata



con dos patas y su pato.



Pata, Peta, Pita y Pota



¿Cómo se llama la quinta pata?





Los cojines de la reina, los cajones del Sultán.



¡Qué cojines! ¡Qué cajones!, ¿En qué cajonera van?


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