miércoles, 20 de enero de 2010

ZP en Bruselas

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(Artículo publicado el 20 de enero de 2010 en el diario La Opinión de Murcia)




No ha podido empezar peor la presidencia española de turno de la Unión Europea, lo que la inefable Leire Pajín calificó hace unos meses de acontecimiento histórico a escala planetaria. Una España torpe guiará Europa. Así titulaba el Financial Times el artículo con el que arremetía hace unos días contra Zapatero y su presidencia de turno de la Unión, en el que además calificaba su programa de trabajo de extraordinariamente anodino. “Stumbling Spain” y “remarkably anodyne work programm”, dos perlas del idioma de Shakespeare para adornar una estrafalaria paradoja: que haya de ser el último de la clase de “mates” quien salga a la pizarra a intentar resolver la irresuelta hipótesis de Riemann o, lo que es igual, que sea el gobernante de más de cuatro millones de parados españoles el llamado a resolver el problema del paro en Europa, en una versión económica del chascarrillo sobre el maestro Ciruela, aquél que no sabía leer y puso escuela. Se sorprende el Financial Times de que haya de ser la zorra española quien guarde las gallinas europeas. Claro que el diario británico se habría mostrado más comedido si el evento trágico-cósmico no se hubiera estrenado con la hilarante sustitución de la foto de Zapatero por otra de Míster Bean en la página web de la presidencia española, en la que el Gobierno español se habría gastado casi doce millones de euros de vellón en seguridad, entre otras cosas. “It was an unfortunate beginning”, decía muy británicamente el Financial Times al respecto. Insuperable, querido Watson.


En los últimos tiempos España ha sido un ejemplo para Europa y para el mundo… de lo que no se debe hacer. Prácticamente, no ha habido medida o decisión alguna cuya ineficacia o inoportunidad, o ambas cosas a la vez, no hayan quedado patentes a los pocos días de su adopción. Desde el secuestro del Alakrana a la aparición de Mr. Bean, el “acontecimiento histórico a escala planetaria” lleva camino de convertirse en una chirigota interestelar, en un sainete cósmico, en una bufonada sideral. Añádanle a todo esto la querencia presidencial a la improvisación y a la trivialidad. Hasta el ministro alemán de economía, Rainer Brüderle, tuvo que pararle los pies a un improvisado y lenguaraz Zapatero, transformado en una especie de David Matagigantes armado de un tirachinas, que había anunciado sanciones económicas a los países comunitarios que no cumplieran con los objetivos de crecimiento. Tras de lo cual Zapatero parece haberse vuelto algo más prudente y comedido. Cuando en una reciente entrevista publicada en el diario El País el entrevistador le preguntó acerca de las consecuencias que había tenido la crisis económica en la valoración que del gobierno hacían los ciudadanos, el presidente interplanetario, descuidadamente sincero, respondíó lo siguiente: “Estuve el otro día releyendo unas cosas de Keynes, y la verdad es que un gobernante no es un analista económico, si bien, no me llamó la atención tanto la confesión de ignorancia, atribuible más a la distracción que a la franqueza, cuanto el hecho de que la inopia persistiera tras “releer” a Keynes. Ignatius, mi asesor en materia de lecturas económicas y otros ladrillos, no se lo cree.


Mientras tanto, el actor Rowan Atkinson se pasea tranquilamente por la calles de Bruselas y se deja fotografiar junto al Manneken Pis, ya saben ese infante del chorrito, sabedor de que, aunque a Zapatero lo confundan con él, afortunadamente a él no lo confunden con Zapatero.


Lo que no deja de ser un consuelo.



1 comentario:

Merry dijo...

"Afortunadamente a él no lo confunden con Zapatero", aunque tampoco nos vendría mal un poco de seriedad ;)