martes, 20 de enero de 2015

Qué bonita coliflor

"Qué bonita coliflor": Frase dicha en Murcia y aledaños para calificar un entuerto o una cursilada, según proceda


      Por ejemplo la que ha liado Podemos con las procesiones sevillanas de Semana Santa. Que decida la gente si quiere o no procesiones, dijo Begoña Gutiérrez, líder de Podemos en Sevilla, como si la gente no lo decidiera cada año vistiendo la túnica nazarena o llenando las calles de Sevilla de saetas y vivas a la Macarena. Debe ser que para Begoña esa gente no es gente, sino casta procesionaria, una especie de plaga catolicista que debe ser extirpada de raíz. Es el viejo tic anticlerical de la izquierda española, tan anticatólica como proislamista. Ni siquiera el viejo y descreído PSOE llegó a tanto, entre otras cosas porque cada socialista andaluz guarda celosamente en su armario junto al carnet de militante su túnica de nazareno y sus botos rocieros. Será por eso que el PSOE andaluz se ha puesto tan contento con esas declaraciones, tanto que hasta Susana Díaz se ha quedado embarazada y se está pensando muy seriamente el convocar elecciones anticipadas en Andalucía. Ya puede desdecirse Begoña, ya, que la tiene hecha en Sevilla, y quien dice Sevilla dice toda Andalucía.

       Y sin embargo, Podemos sigue siendo el gran enemigo del PSOE en el resto del territorio nacional, Murcia incluida El año electoral que recién empieza, preñado de convocatorias, amenaza con ser el año en que el viejo y debilitado Goliath socialista fue derribado por una pedrada en el ojo lanzada por un joven pastor llamado Pablo Iglesias. El líder socialista Pedro Sánchez lo sabe y por eso descarga sus iras y destemplanzas contra el líder único de Podemos. La lucha es desigual y ambos lo saben. El discurso de Iglesias va cargado de sorna e ironía, mientras que el de Sánchez es un discurso ácido y enfadado. Iglesias nada a favor de la corriente, mientras que Sánchez intenta remontar un río embravecido y sembrado de peligrosos escollos y remolinos, la mayoría de ellos colocados ahí por sus propios compañeros de partido. Para colmo, en su primer viaje oficial a Estados Unidos llegó con retraso a una cita pública, y eso en un país en el que la impuntualidad está casi tan castigada como el quedarse sentado al paso de la bandera de las barras y estrellas. Es el viejo tic antiimperialista de la izquierda española, tan antiamericana como prosoviética y procubana. El problema de Sánchez, no se engañen, es el problema del PSOE.

       Izquierda Unida se ha ido a pique. El viejo y apolillado Partido Comunista de España, sí, sí, el viejo partido de Santiago Carrillo y de Dolores Ibarruri La Pasionaria, se disfrazó primero de Partido Comunista de los Pueblos de España, luego de Izquierda Unida, que estuvo un tiempo cogida del brazo de Los Verdes, para finalmente travestirse en un Podemos trabalenguado denominado Ganemos. Pues nada, que perdemos. Más allá de algún triunfo personalista en las municipales, Izquierda Unida-Ganemos ha sido vorazmente deglutida por Podemos. Sus bases, siempre escasas y siempre atentas a todo aquello que interesa al pueblo, según proclamaban sus líderes, se deleitaban con meter el dedo cubano en el ojo de Estados Unidos o en condenar las imperialistas pruebas atómicas francesas en el Atolón de Mururoa. El problema es que estas inquietantes cuestiones que tanto preocupaban al pueblo llano eran debatidas una y otra vez en los parlamentos regionales y en los plenos municipales. Doy fe de ello, pues en las dos legislaturas en que fui diputado en la Asamblea Regional de Murcia debatimos sobre esta cuestión no menos de ocho veces, siempre a instancias de Izquierda Unida. El pueblo, como sabemos, nunca acudió en masa a su llamada, y sus bases, hartas ya de estar hartas, se han cansado y han emigrado en bloque a esa nueva gran esperanza blanca que se llama Podemos. Requiescat in Pace.

        Otra bonita coliflor es la que tiene depositada el PP en su regazo aunque, más que  bonita coliflor, parece un bonito manojo de grelos ya que a Mariano Rajoy se le ríen los huesos cuando habla de Pablo Iglesias dado que cada palabra de éste es un zarpazo en la saca electoral del PSOE. Podemos no inquieta de momento al PP, pero tampoco lo tranquiliza. Los últimos sondeos plantean la peor de las hipótesis para las elecciones generales del próximo mes de noviembre: un PP en mayoría minoritaria (132 diputados) mientras que Podemos (89 diputados) y PSOE (80 diputados) se reparten la mayoría absoluta. Piensa Mariano y piensan casi todos los dirigentes que para entonces el efecto de la recuperación económica se habrá hecho de notar y que la mayoría absoluta del PP quedará asegurada. Pero también hay quien dice que entre el hoy y el mañana se encuentran las elecciones autonómicas y locales, y ésta sí que es en verdad una bonita coliflor.

      De ésa y de otras bellas coliflores como el ascenso de Ciudadanos y el estancamiento de UPyD en España, el estado de muerte cerebral del PSRM, y el acartonamiento del Partido Popular en la Región de Murcia (“niño, deja ya de joder con la pelota”, que cantaba Serrat), hablaremos otro día.
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