martes, 2 de septiembre de 2014

...Y en éstas estamos


(Artículo publicado el 2 de septiembre de 2014 en el diario La Opinión de Murcia)


Llegó el verano y con él las vacaciones. Se fueron las vacaciones y se quedó el verano, del mismo modo en que el veintiuno de septiembre se irá el verano, pero se quedará el calor. En Murcia no cambia la temporada climática hasta bien entrado el mes de noviembre, cuando una mañana descubrimos con un escalofrío que la camisa o el polo abrigan poco.

                A la vuelta de las vacaciones casi todo está igual como lo dejamos, pero un poco peor. En el transcurso de los calores se nos han ido algunos iconos, desde la sonrisa triste de Robin Williams, hasta la belleza eterna de Lauren Bacall, desde la catalanidad rumbera de Peret hasta la catalanidad exquisita y elegante de Pertegaz. Otras cosas han cambiado poco o nada, como las de la vida pública. Por más que se empeñen las cúpulas de los partidos, fingiendo renovaciones que no existen y optimismos pleonásmicos que dan grima, lo cierto es que en Murcia no se habla de otra cosa que de la ausencia de reacciones políticas ante el fenómeno “Podemos”. Cierto que quien más teme al Lobo Feroz es el PSOE, conocido entre nosotros como el PSRM, pues la Izquierda Unida de los viejos comunistas ya ha sido devorada y casi digerida por el partido radical de Pablo Iglesias. El PSRM, descontado ya el efecto “Sánchez” está inmerso en su particular interpretación de La Muerte del Cisne, de Camille Sant-Saëns, con González Tovar oficiando de Paulova. Mientras que el socialismo está girando en toda Europa hacia posiciones liberales, en Murcia estos chicos y chicas continúan cepillando la chaqueta de pana hasta sacarle brillo y encendiendo mariposas en un cuenco con agua y aceite junto a la foto sepia de Pablo Iglesias. Pero se equivocan de Pablo, se equivocan.
     Lo del PP es otro cantar, más parecido al de Mío Cid. Andan muy seguros estos muchachos y muchachas de que el voraz crecimiento de Podemos no les afecta, pues se nutre del radicalismo de izquierdas y, en menor medida, del desencantado socialismo. Sin embargo, en las comidillas playeras debajo de las sombrillas torreñas no se hablaba de otra cosa que del descenso del Real Murcia a Segunda B y del ejemplo que ha dado la eurodiputada cartagenera de Podemos Lola Sánchez al destinar buena parte de su sueldo a ayudas de carácter social, como ayudar a Chari, una sin techo, a encontrar casa para ella y su familia; mientras tanto, el otro eurodiputado murciano anda por Bruselas aguantándose la risa como puede. Lo de Chari podrá ser tildado de demagógico por los confiados populares, pero debajo de la sombrilla no se hablaba de otra cosa. Hablando de sombrillas, la sombra que se cierne sobre el PP no es tanto la pérdida de votantes como la ganancia de “antipatizantes”, esto es, de votantes tradicionales de PP que no tragan a la actual clase política del PP, lo que se traducirá en una creciente abstención. Frente a esto, no parece que espabilen y, si espabilan, lo hacen en la dirección equivocada, como con las propuestas de modificación del sistema electoral que al electorado huelen a chamusquina y que han suscitado el rechazo de ciertas instancias europeas. Como decía el sabio aquél, se avecinan luctuosas efemérides.
               No, no se trata de hacer ingeniería electoral, sino de conseguir que el ciudadano común se identifique con el político que les demanda su confianza. Pero ¿cómo lograrlo, si el político se encuentra a años luz de la calle, si no facilita la participación ciudadana más allá del voto cada cuatro años, si no ofrece una imagen de rectitud y decencia afín con lo que predica, si su sueldo o sus privilegios lo alejan del común de los mortales, si no aplica los principios más elementales de la democracia en su propio partido político, si su actividad pública y privada no es transparente como el cristal, si no es coherente con lo que exige al oponente político...? La cuestión no está tanto en el modelo político o el modelo de país sino en el modelo de ciudadano que nos ofrecen.
¿Dónde está y cuál es el modelo de ciudadano que nos ofrece el PP?, se preguntaban todos este verano debajo de la sombrilla.
.

No hay comentarios: