martes, 24 de julio de 2012

Paren que me bajo



(Artículo publicado el 24 de julio de 2012 en el diario La Opinion de Murcia)



            No, no fui a la manifestación del jueves pasado y no porque no esté jodido con los recortes del Gobierno, sino porque al frente de esa manifestación, encabezando la marcha, bien agarrados a la pancarta y evitando lucir el peluco de oro, iban algunos de los culpables de la mayor crisis económica y social de la reciente historia de España.
             No, no utilizarán mi presencia en una manifestación para hacer el caldo gordo a los frescos del barrio y para que sigan agarrados a los sueldos sindicales o políticos que no se ven alterados por recorte alguno.
            No, no hago bulto con los que estuvieron durante años dando la espalda a la que se nos venía encima, los mismos que, en tanto cobraban sus cuantiosas subvenciones para pitos y flautas o las pagaban igualmente para flautas y pitos, aplaudían a rabiar al mandamás de turno, fuera el de la ceja o el barón regional rampante.
            No, no me dio la gana de cabrearme colectivamente cuando ya lo estoy de forma individual, porque no hay día en que no me acuerde de que he perdido más de un veinte por ciento de poder adquisitivo en los últimos cuatro años a pesar de que todos los precios han bajado y siguen bajando, y de que mientras que yo cobro cada día menos por mi trabajo hay quienes cobran cada día más por el suyo.
No, no me siento representado por quienes insisten en proclamarse mis representantes sin haberme preguntado jamás si los acepto como tales.
No, no me sale de la válvula pilórica salir a pasear por las calles de Murcia, ni de ningún otro sitio, del brazo de quienes ahora reivindican todo lo reivindicable excepto aquello que deberían reivindicar, a saber:
            La inmediata derogación de las leyes que regulan la condición y los privilegios de los expresidentes del Gobierno, sueldos, despachos, coches y secretarias incluidas, así como su condición de Consejeros vitalicios del Consejo de Estado, pues son los responsables últimos de la situación actual que padece España.
Como consecuencia de lo anterior, el cese fulminante como Consejero del Consejo de Estado de José Luis Rodríguez Zapatero, el peor presidente de la historia y el único que ha hecho uso del privilegio, así como la depuración de sus responsabilidades como administrador de los intereses generales de España.
La supresión inmediata de todos las subvenciones públicas a los partidos políticos, a los sindicatos y a las organizaciones empresariales, así como al resto de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales (o sea, al ciento y la madre) cuyos cargos directivos perciben sueldo o remuneración alguna por su dedicación.
La limitación por Ley de las retribuciones de los cargos políticos, que no podrán exceder por todos los conceptos de un múltiplo determinado del salario mínimo interprofesional, que en España, recordemos, está situado entre los más bajos de Europa.  
La limitación mediante Ley de los sueldos de los cargos directivos de todas las empresas que perciben ayudas públicas.
La reforma inmediata de la Constitución Española (recordemos que el artículo 135 fue modificado hace un año en un tiempo récord, sin referéndum y sin miramiento alguno, para acoger los compromisos de estabilidad presupuestaria) para hacer posible la suspensión temporal o la supresión definitiva del Senado o su transformación inmediata en Cámara de representación territorial, la supresión definitiva de las Diputaciones Provinciales, la eliminación de dos tercios de los municipios españoles y  la supresión sin paliativos de las instituciones autonómicas que reproduzcan las estatales preexistentes, tales como el Defensor del Pueblo, el Consejo de Estado y el Tribunal de Cuentas.
Previa la inmediata reforma de la Constitución, la reducción en dos tercios de todos los cargos políticos de representación popular, tales como Diputados del Congreso, Diputados Regionales y Concejales, y la configuración como cargos gratuitos de todos los puestos de Alcaldes, Concejales y Diputados Regionales que resten, con las excepciones que expresamente determinen las leyes.
La reforma inmediata de la legislación electoral para que las listas sean abiertas, para que haya democracia real en el seno de los partidos políticos y para que se excluya del Parlamento nacional a los partidos políticos que no alcancen un mínimo del cinco por ciento de representación en todas las circunscripciones electorales.
Y un montón de cosas más, empezando por la Corona y terminando por los perroflautas.
Cuando todo esto esté en la pancarta de la manifestación, me verán en ella. Antes, no.
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3 comentarios:

Barnaby Warrior dijo...

¡Pfiufff! ¡Coñe, cómo está el patio! Yo no digo ná, maestro, que luego tó se sabe... Bueno, bromas aparte, qué bocanada tan pura de aire liberador y liberal respira el texto. Me ofrezco como "capitalista" para sacarle a hombros el día que, previo cumplimiento de lo expuesto, se decida a encabezar la "manifa".

La Pecera dijo...

Muchas gracias, así hará usted honor a su apellido. Un abrazo.

perroflauita dijo...

Quiza sea necesario tomar las calles con frecuencia y organizar muchas más veces seguidas. voy fumar y dormir, llamadme...