martes, 12 de junio de 2012

Con flores a Mariano



(Artículo publicado el 12 de junio de 2012 en el diario La Opinión de Murcia)


Visto lo visto, lo del rescate ha sido un milagro mariano.
Vamos a ver, por lo que yo sé los bancos españoles, varios bancos españoles, tienen desde hace años un problema muy gordo: sus activos, especialmente los inmobiliarios, valen menos que un frigorífico en el Polo Norte, razón por la cual su dinero había quedado fuera de circulación, prisionero del riesgo que ha de cubrir y, por tanto, no podía ser prestado a las empresas y a los particulares. Por ello la cosa estaba muy chunga y no había un euro circulante. Ante esta situación, el gobierno anterior impulsó una política de fusiones bancarias con el triste resultado de que, en lugar de haber muchos bancos pequeños con deudas gordas, surgieron unos  pocos bancos medianos con deudas muy gordas. El Estado (el Estado, Rubalcaba, el Estado) prestó hace dos o tres años a los bancos una millonada de euros, ciento veinte mil creo recordar, que sirvieron para salvar algún banco de la quiebra pero que nadie, querido Rubalcaba, devolvió a las arcas públicas. Ninguno de aquellos euros llegó a los ciudadanos o a las empresas en forma de préstamo. Cuando llegó Mariano al poder, las arcas del Estado estaban a dos velas, aún peor de lo que nos habían contado, y el agujero de algunos bancos era negro como el betún.
Y llegó el milagro mariano. En lugar de pedir inmediatamente la intervención del  Eurogrupo en los mismos términos en que había sido aplicada a Irlanda, que era lo que cualquier otro hubiera hecho, incluido nuestro querido Rubalcaba, Mariano se dedicó durante cinco meses a hacer los deberes que el Gobierno anterior o no había hecho o había hecho a medias y con faltas de ortografía. Solo cuando ha sido averiguada la profundidad del agujero se ha pedido la ayuda de Europa, llámenla préstamo, rescate o intervención, con menos condiciones que le fueron exigidas a Irlanda entre otras razones porque España ha hecho los deberes que Irlanda no había hecho entonces. El objeto del préstamo no es sino permitir que fluya el crédito a las empresas y a las familias, justo lo que no ocurrió hace tres años.
Pero ya que hablamos de gallegos, hay un pasaje en una novela de Gonzalo Torrente Ballester, puede ser en La Crónica del Rey Pasmado o en cualquier otra, pues cito de memoria y a diferencia del resto de mi ser la tengo muy flaca, en el que el embajador portugués en la corte de Felipe IV o el Valido del Rey, ya les digo, se encuentra en la tesitura de tener que darle la razón al Rey en algo que no la tiene, así que mide sus palabras y le dice al Rey más o menos lo siguiente: Su Majestad tiene razón, pero no la tiene toda, y la parte en que la tiene no le sirve para nada. Pues eso, que Mariano tiene razón pero no la tiene toda, y la parte en que la tiene no le sirve para nada. O casi nada.
En este punto mi dilecto lector Malasombra, como no podía ser de otra manera, se sorprende de este cambio de tercio. Pero ¿no era éste un artículo laudatorio para Mariano Rajoy?, se pregunta. Y lo es, querido Malasombra, lo es,  lo que ocurre es que, una vez más, algo ha fallado en la comunicación del Gobierno y, en cambio, ha vuelto a sonar muy bien la orquesta del PSOE: Tócala de nuevo, Ruby.
Verán. Una vez pedida la ayuda a Europa, Mariano ha recibido el apoyo del PSOE en forma de mano al cuello para que pase a la historia reciente como el presidente del Gobierno bajo cuyo mandato fue intervenida España. Los chicos del coro llevan varios días desgañitándose para que todos los españoles sepan que son ciertas tres o cuatro mentiras y un par de medias verdades:
Una, que España sólo logró el empate ante Italia.
Dos, que Mariano no cambió su agenda y se marchó a Polonia a ver el partido de fútbol.
Tres, que la excelente imagen que tenía España (recuerden, aquella España de hace tan solo cinco meses, de economía pujante, amiga de Evo Morales y de Hugo Chávez, representada internacionalmente por Chiquilicuatre y por Míster Everibody Bonsai, y eso sí campeona de fútbol, de baloncesto y todo lo que tenga que ver con bolas y cojinetes) aquella imagen inmaculada se ha quebrado irremediablemente como un cristal.
Cuatro, que la culpa de la situación económica la tiene Mariano.
Y cinco, que esto solo lo arregla ahora un gobierno de concentración PP-PSOE, o, lo que es lo mismo, que el gobierno de Mariano sustentado por los ciento ochenta y cinco diputados del PP carece de legitimidad.
Y sin embargo, lo de Mariano no deja de ser un milagro de los que merecen una peregrinación. O dos.
Al tiempo.
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