martes, 13 de marzo de 2012

Lunes horribilis




(Artículo publicado el martes 13 de marzo de 2012 en el diario La Opinión de Murcia)



Hoy no tengo muchas ganas de escribir, ni muchas ganas de nada, realmente. Padezco desde muy pequeñito el síndrome de los lunes que, como más de uno sabe, consiste en una especie de cansera que nos invade el cuerpo nada más sonar el despertador y que, por más cafés que uno tome, no nos abandona en todo el día. De manera que los lunes casi no existo, da igual que tenga cosas que hacer o que no tenga que hacer cosa alguna. Algo de culpa, lo confieso, tiene mi manía de levantarme con la radio pegada a la oreja para escuchar las noticias del día y el parte del tiempo que, por algún extraño bloqueo de mi mente, cuando llega me pasa absolutamente desapercibido y salgo de casa sin saber si hará un sol de justicia o si caerán chuzos de punta. No ocurre así con las noticias, de las que sí me empapo, lo que contribuye sin lugar a dudas a potenciar el efecto lunes, habida cuenta de que son las malas y no las buenas noticias quienes pueblan las ondas.


Hoy han sido especialmente deprimentes. La peor, sin duda, la más triste, la de esa madre que se colgado en su celda de la cárcel vallisoletana de Villanubla, en la que se encontraba en prisión preventiva en espera de juicio tras haber asesinado a sus dos hijos a quienes asfixió después de haberlos sedado. Qué terrible desesperación…


Las demás noticias tampoco han sido buenas. Pilar Manjón, otra madre, no quiere que se sigan investigando los atentados del 11-M en los que su hijo fue asesinado junto a casi doscientas personas más. Como también lo hacen algunos personajes de la izquierda, habla de pasar página como si sospechara que lo que se oculta entre los hierros repintados del tren reaparecido abrirá las viejas heridas entre españoles, las viejas heridas de siempre…


Mientras, los sindicatos no tuvieron reparo moral alguno en celebrar sus manifestaciones el mismo día en que toda España, y con ella toda Europa, se disponía a honrar la memoria de las víctimas del terrorismo, de todas las víctimas. Hubo pocos, muy pocos asistentes a las manifestaciones sindicales, apenas los sindicalistas de nómina y algunos de sus familiares… Qué viejos parecen, qué antiguos, qué fuera de lugar, qué toscos, qué inoportunos, qué pocos…


Que no, que no me apetece escribir, como no sea que, para demostrar que lo único que une a Suiza con España es el Rolex Submariner de diez mil eurazos que lucía el líder de UGT en su muñeca, los ciudadanos suizos han rechazado en referéndum incrementar las vacaciones anuales pagadas de cuatro a seis semanas, al entender que esa medida aumentaría los costes laborales y reduciría ese bien de interés común que es el empleo. Ellos tienen el reloj de cuco y nosotros únicamente los cucos…


Por eso, porque no me apetece escribir, me permitirán que les corte y pegue una historieta que alguien me ha enviado por Internet. Seguro que muchos de ustedes la conocen, pues ya es vieja, pero no me negarán que resulta sugerente en los tiempos de crisis que corren…


“Es agosto en una pequeña ciudad de la costa. Llueve torrencialmente. A pesar de que es temporada alta apenas hay visitantes, pues hace tiempo que la crisis económica azota el lugar y todos sus habitantes están endeudados y subsisten a base de créditos. Un día llega al único hotel del pueblo un hombre con aspecto de magnate, pues luce un espléndido Rolex de acero y oro en la muñeca, y pide una habitación para esa noche. La recepcionista le dice que puede escoger la que quiera pues todas están libres. El hombre deja encima de la mesa de la recepcionista un billete de doscientos euros y sube a ver las habitaciones.


El dueño del hotel que ve el billete, lo agarra y sale corriendo a pagar su deuda con el carnicero que sirve la carne al hotel. El carnicero toma el billete y corre también a pagar su deuda con el criador de ganado. Éste a su vez paga lo que debe al molinero que le suministra el pienso para el ganado, quien sin dudarlo un segundo entrega el billete a la prostituta del pueblo a quien hace tiempo que no paga pues, en tiempos de crisis, hasta ella ofrece sus servicios a crédito. La prostituta coge el billete y corre al hotel a pagar la cuenta de la habitación que suele usar en su trabajo y que también hace tiempo que no paga. En ese momento, baja el cliente que había ido a echar un vistazo a las habitaciones del hotel y dice que no le convence ninguna, por lo que coge su billete de doscientos euros y se marcha. Nadie ha ganado un céntimo, pero ahora toda la ciudad vive sin deudas y mira al futuro con confianza.


Moraleja: si circula el dinero se acaba la crisis.”



¿Verdad que la historieta es buena? Y lo mejor de todo es que los sindicatos no aparecen por ningún sitio… ¿O sí?


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2 comentarios:

Beatriz Martín dijo...

muy bueno amigo asi me siento d elunes sin ganas jajajaja, un slaudo cariño

La Pecera dijo...

Y sin embargo los lunes encierran la promesa de un nuevo fin de semana... Gracias por tus comentarios.