Artículo publicado el miércoles 6 de mayo de 2008 en el diario La Opinión de Murcia
Que este Papa no era del gusto de la izquierda ya lo sabíamos. Al Papa Benedicto XVI no le dieron ni cien días de cortesía, ni veinte minutos de asueto. Nazi, inquisidor y ultraconservador fueron los calificativos con los que fue recibida su elección. Sin duda, la progresía hubiera preferido que José Blanco, por ejemplo, hubiera perseverado en su temprana vocación religiosa −confesaba Pepiño en su blog que “cuando era monaguillo, pensaba en ser cura, pero eso duró poco tiempo”−, en lugar de dedicarse a la política. Perseverado, hasta llegar a ser nombrado Cardenal Prefeto de la Sagrada Congregación para la Dotrina de la Fe en lugar de Ratzinger y, perseverado aún más, para ser eleto Pontífice de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana. España habría perdido un ministro, en efeto, pero la Iglesia habría ganado un Papa políticamente correto.
En lugar de eso, tenemos un Papa que llama al pan, pan, y al condón, condón, lo que le ha valido una solicitud de reprobación formulada por Izquierda Unida e Iniciativa per Catalunya Verds, que el Congreso ha admitido a trámite con el sorprendente apoyo de dos diputadas del PP. Dicen los comunistas verdes y antes rojos que el Papa, en un reciente viaje a África, ha puesto en peligro la salud de millones de personas al cuestionar el uso del preservativo como medio profiláctico contra la transmisión del virus del SIDA (o dicho en catalán, “posi qüestió la utilitat del preservatiu com mitjà profilàctic contra la transmissió del virus de la SIDA”).
Ustedes, mis queridos lectores, no se fíen de estos chicos en ninguno de los dos idiomas y lean lo que literalmente dijo el Papa.
Pregunta realizada por el periodista Philippe Visseyrias, de France 2: "Santidad, entre los muchos males que afligen a África, está en particular el de la difusión del SIDA. La postura de la Iglesia católica sobre el modo de luchar contra él es considerada a menudo no realista ni eficaz. ¿Usted afrontará este tema, durante el viaje?"
Respuesta del Papa: "Yo diría lo contrario. Me parece que la institución más eficaz, más presente en el frente de la lucha contra el sida es precisamente la Iglesia católica, con sus movimientos y con sus diversas entidades. Pienso en la comunidad de San Egidio, que hace tanto, visible y no visible, en la lucha contra el SIDA. Pienso en los religiosos Camilianos, en todas las religiosas que están al servicio de los enfermos…
Yo diría que el problema del sida no se puede resolver tan sólo con dinero, que es importante, pero si no hay un alma, si no hay gente que sepa cómo usarlo, el dinero sólo no ayuda.
Yo diría que no es posible resolver el problema del sida sólo con eslóganes publicitarios. Si no hay un alma, si los africanos no se ayudan entre ellos,( comprometiendo la responsabilidad personal), no se puede resolver ese flagelo simplemente con la distribución de preservativos: al contrario, existe el riesgo de aumentar el problema.
La solución sólo se logrará actuando en dos frentes. El primero es una humanización de la sexualidad, es decir, una renovación espiritual y humana que lleve consigo un nuevo modo de comportarse una persona con otra. En segundo lugar, una verdadera amistad, sobre todo con las personas enfermas: la disponibilidad, incluso con sacrificios y con renuncias personales, a estar con los enfermos. Estos son los factores que ayudan a progresos visibles.
Por tanto, diría, esta doble fuerza nuestra de renovar al hombre interiormente, de dar fuerza espiritual y humana para un comportamiento justo hacia el propio cuerpo y hacia el prójimo, y esta capacidad de sufrir con los que sufren, de permanecer en los momentos de prueba. Me parece que ésta es la respuesta correcta, y que la Iglesia hace esto y ofrece así una contribución grandísima e importante. Agradecemos a todos los que lo hacen."
La comunidad científica internacional lo expresó de otra manera en un manifiesto de apoyo a la denominada estrategia ABC de lucha contra el SIDA, aplicada con éxito en Uganda, manifiesto que fue publicado en la prestigiosa revista médica británica The Lancet a finales de 2004. La letra A corresponde al primer paso de la estrategia: Abstinence, lo que no requiere traducción. La letra B significa Be faithful, es decir sé fiel, como medida para evitar la promiscuidad. La letra C corresponde al tercer medio de lucha contra el SIDA, Condom, que tampoco precisa ser traducida. La cuestión es la siguiente: ¿Solicitará IU-ICV la reprobación de la comunidad científica, que ha osado colocar el condón en un humillante e indigno tercer lugar?
(La solución en el próximo número)
En lugar de eso, tenemos un Papa que llama al pan, pan, y al condón, condón, lo que le ha valido una solicitud de reprobación formulada por Izquierda Unida e Iniciativa per Catalunya Verds, que el Congreso ha admitido a trámite con el sorprendente apoyo de dos diputadas del PP. Dicen los comunistas verdes y antes rojos que el Papa, en un reciente viaje a África, ha puesto en peligro la salud de millones de personas al cuestionar el uso del preservativo como medio profiláctico contra la transmisión del virus del SIDA (o dicho en catalán, “posi qüestió la utilitat del preservatiu com mitjà profilàctic contra la transmissió del virus de la SIDA”).
Ustedes, mis queridos lectores, no se fíen de estos chicos en ninguno de los dos idiomas y lean lo que literalmente dijo el Papa.
Pregunta realizada por el periodista Philippe Visseyrias, de France 2: "Santidad, entre los muchos males que afligen a África, está en particular el de la difusión del SIDA. La postura de la Iglesia católica sobre el modo de luchar contra él es considerada a menudo no realista ni eficaz. ¿Usted afrontará este tema, durante el viaje?"
Respuesta del Papa: "Yo diría lo contrario. Me parece que la institución más eficaz, más presente en el frente de la lucha contra el sida es precisamente la Iglesia católica, con sus movimientos y con sus diversas entidades. Pienso en la comunidad de San Egidio, que hace tanto, visible y no visible, en la lucha contra el SIDA. Pienso en los religiosos Camilianos, en todas las religiosas que están al servicio de los enfermos…
Yo diría que el problema del sida no se puede resolver tan sólo con dinero, que es importante, pero si no hay un alma, si no hay gente que sepa cómo usarlo, el dinero sólo no ayuda.
Yo diría que no es posible resolver el problema del sida sólo con eslóganes publicitarios. Si no hay un alma, si los africanos no se ayudan entre ellos,( comprometiendo la responsabilidad personal), no se puede resolver ese flagelo simplemente con la distribución de preservativos: al contrario, existe el riesgo de aumentar el problema.
La solución sólo se logrará actuando en dos frentes. El primero es una humanización de la sexualidad, es decir, una renovación espiritual y humana que lleve consigo un nuevo modo de comportarse una persona con otra. En segundo lugar, una verdadera amistad, sobre todo con las personas enfermas: la disponibilidad, incluso con sacrificios y con renuncias personales, a estar con los enfermos. Estos son los factores que ayudan a progresos visibles.
Por tanto, diría, esta doble fuerza nuestra de renovar al hombre interiormente, de dar fuerza espiritual y humana para un comportamiento justo hacia el propio cuerpo y hacia el prójimo, y esta capacidad de sufrir con los que sufren, de permanecer en los momentos de prueba. Me parece que ésta es la respuesta correcta, y que la Iglesia hace esto y ofrece así una contribución grandísima e importante. Agradecemos a todos los que lo hacen."
La comunidad científica internacional lo expresó de otra manera en un manifiesto de apoyo a la denominada estrategia ABC de lucha contra el SIDA, aplicada con éxito en Uganda, manifiesto que fue publicado en la prestigiosa revista médica británica The Lancet a finales de 2004. La letra A corresponde al primer paso de la estrategia: Abstinence, lo que no requiere traducción. La letra B significa Be faithful, es decir sé fiel, como medida para evitar la promiscuidad. La letra C corresponde al tercer medio de lucha contra el SIDA, Condom, que tampoco precisa ser traducida. La cuestión es la siguiente: ¿Solicitará IU-ICV la reprobación de la comunidad científica, que ha osado colocar el condón en un humillante e indigno tercer lugar?
(La solución en el próximo número)
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