martes, 14 de febrero de 2012

El intérprete y la marimorena





(Artículo publicado el 14 de febrero de 2012 en el diario La Opinión de Murcia)



Si hay un oficio mal pagado por los riesgos que comporta es el de intérprete o traductor simultáneo. Al menos esa es la opinión del inefable Ignatius, mi admirado asesor en cuestión de Lenguas, Semánticas y Semióticas, después de haber ejercido según cuenta como intérprete bidireccional entre dos grandes tipos que, aunque ambos hablan español, se expresan en lenguajes que resultan incomprensibles el uno para para el otro. Me malicio que podría tratarse de Mariano Rajoy y de Alfredo Pérez Rubalcaba, a quienes Ignatius podría haber asistido en su última entrevista privada con el resultado que todos ustedes, incluido mi querido lector malasombra, podrán imaginar. A continuación les transcribo el registro de dicha conversación, a la que se acompaña la traducción ignaciana en cursiva y entre paréntesis. Que Dios nos pille confesados.



Mariano: Mi querido Alfredo, qué gushto verte por aquí…


(Hola Alfredo, ¿me hash traido losh Donutsh?)



Alfredo: Ya sabía yo que el gobierno del PP iba a empezar esquilmando a los ciudadanos progresistas…


(Hola Mariano, por cierto ¿no tendrás por aquí algo para desayunar, unos donuts, por ejemplo?)



Mariano: Pues no, ya vesh, Zetapé no ha dejado en La Moncloa ni las migash, así que como no quieras un bonsái a la plancha…


(Pues no, aún no he podido hacer el pedido a Mercadona, pero si te parece encargo que nos traigan unos churritosh del bar de la esquina…)



(Nota del traductor: Por economía procesal, a partir de este momento prescindo de reflejar las eses sibilantes de Mariano, de quien dicen en Twitter que posee todas las que no pronunciamoh loh murcianoh.)



Alfredo: Haz lo que quieras, Mariano, pero te advierto que en la rueda de prensa voy a denunciar el despilfarro de la derecha franquista…


(Pide también chocolate caliente y unos pestiños… y, si te parece, invitamos a desayunar a tu traductor simultáneo, que el pobrecito tiene una cara de hambre que da pena).



Mariano: Está bien, Alfredo, está bien…, por cierto, qué rumbosos sois los socialistas cuando paga el Estado…


(Desde luego, Alfredo, y ya puestos habría que pedir algo salado, no sé si me entiendes… )



Alfredo: Pues claro que te entiendo, ahora que vuelvo a ser español entiendo que habéis llegado al poder para aprovecharos de España, de Cataluña, de Valencia y de Andalucía, eso es lo que entiendo…


(Se me ocurre que en honor de la diversidad regional de España, podías pedir un pan con tumaca en recuerdo de Cataluña, un zumito de naranjas en homenaje a Valencia y unos molletes de Antequera para festejar las elecciones en Andalucía…)



Mariano: No se hable más, Alfredo, pero ya que todo ha sido idea tuya te mandaré la cuenta del almuerzo a Ferraz, a tu nombre o al de la Chica Chacón, como prefieras…


(Eso está hecho. Por cierto, Alfredo, como Alberto dice ahora que le gusta más ser ministro de Igualdad, he pensado en nombrar de nuevo ministra de Defensa a la Chica Chacón…)



Alfredo: Pero eso sería la guerra. Si haces eso, ordenaré a Cándido que tome la calle y, si puede, La Moncloa. No habrá piedad ni cuartel para peperos y chaconianos.


(Mejor le mandas la cuenta a Cándido,, que ya sabes que le encanta estar a bien con La Moncloa, sea cual se el inquilino…)



Mariano: Se la mandaré, Alfredo. Y ahora dime lo que me venías a decirme.


(En ese caso, yo sacaré a mis chicas y chicos del Tea Party para que no dejen piedra sobre piedra del estado zapaterino)



Alfredo: Después de todo esto, no me queda más remedio que mandarte a mis padrinos.


(Pues nada, que ahora mis chicos y yo estamos en tus antiguos escaños disfrutando de las mieles de la oposición )



Mariano: Y yo en los tuyos, Alfredo, y yo en los tuyos


(Y yo en los tuyos, Alfredo, y yo en los tuyos)



Otra nota del Traductor: Todos los personajes que intervienen en la anterior conversación son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.


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