(Artículo publicado el 26 de mayo de 2015 en el diario La Opinión de Murcia) |
Las urnas han confirmado lo que
todo el mundo sospechaba, que la España de hoy se parecería muy poco a la
España de ayer. La hegemonía del PP ha quebrado con la pérdida de todas las
mayorías absolutas del mapa autonómico. Ciudadanos se ha apoderado del centro
sociológico alarmantemente reducido, sin embargo, frente a la radicalidad de los
mensajes de la izquierda. Y la izquierda se ha reconstruido como la nueva
mayoría social de España que ayer se levantó de la cama vestida de rojo.
Finalmente, la indignación más radical, ante la calcificación de IU y la
arterioesclerosis del PSOE, ha encontrado su válvula de escape en Podemos, el
populismo más bolivariano, cuyo siguiente objetivo, no lo duden, será el propio
PSOE.
De muy poco le ha valido al PP el mensaje de la recuperación económica,
todavía sin materializar en los vacíos bolsillos de los españoles. De nada ha
servido su apelación al caos, a la peligrosa conversión de España en el hotel
de los líos, a la necesaria estabilidad de los gobiernos que el ciudadano medio
ha entendido como estabilidad de los gobernantes. He de afirmar sin empachos
que el PP ha suspendido las dos asignaturas de las que escribía el otro día y
que han constituido los ejes del debate político : la renovación y la
regeneración. Los cabezas de cartel de las grandes ciudades, Madrid, Valencia o
Sevilla y la mayoría de los candidatos a presidir las Comunidades Autónomas han
sido en general los mismos de siempre, eso que Podemos convino exitosamente en
bautizar como “la casta”. Esperanza,
Rita, Fabra o Cospedal han
perdido la confianza de sus electores a manos de candidatos que, en muchos
casos, son unos perfectos desconocidos, y ha ocurrido esto porque precisamente
ellos eran sobradamente conocidos. Y qué decir de la regeneración, ésa que
afecta a la vida interna de los partidos, a su democracia, a los modos de
gobernar, a la sustitución de la prepotencia por el diálogo, a la supresión de
privilegios y a la erradicación de las conductas vergonzantes que no siempre son
coincidentes con la corrupción o con lo ilícito.
Murcia
no ha sido la excepción y, sin embargo y al propio tiempo, Murcia es la
excepción. En general, el PP murciano ha seguido la línea de una profunda
renovación en la mayoría de las candidaturas locales, con algunas acertadas excepciones
como Lorca o San Pedro del Pinatar, y alguna que otra desatinada como la de
Cartagena, que el electorado se ha encargado de castigar muy duramente y que ha
supuesto un lastre insalvable para la obtención de la mayoría absoluta en la
Asamblea Regional. La propia candidatura autonómica ha sido igualmente
renovada. En términos generales, se puede afirmar que la renovación de las
candidaturas ha propiciado que la caída del PP en la Región de Murcia haya sido
más leve que en el resto de España. Sin embargo, el paupérrimo balance del PP
en materia de regeneración política, apenas atisbada en decisiones tales como
la limitación de mandatos o en algunas muestras de transparencia, ha sido y va
a seguir siendo una auténtica perdigonada en las alas de la gaviota. El
sorprendente proceso seguido en el último año y medio para la selección del
candidato autonómico, proceso plagado de dudas, equívocos, desplantes y
retrasos, ha perjudicado muy gravemente a quien, de otro modo, habría sido una
sólida y renovada apuesta. Lo mismo se podría decir de la candidatura a la
alcaldía de Murcia, lastrada por las maniobras escasamente ejemplares de la
cúpula del partido.
Ante Pedro Antonio Sánchez, de quien no
albergo dudas de que será investido Presidente con la abstención de Ciudadanos, excepto que
el joven partido resuelva optar por su suicidio político, se dibuja un panorama
complicado. La fiesta de los pactos está servida, pero lo más difícil que tiene
por delante y lo que condicionará su futuro político más inmediato y el de su
partido es acometer con decisión y coraje la necesaria regeneración de la
acción de gobierno y de la vida política, lo que incluye necesariamente al
propio Partido Popular.
Dentro de pocas semanas Pedro Antonio levantará el vuelo con las alas cargadas de plomo. De la regeneración depende su futuro.
Dentro de pocas semanas Pedro Antonio levantará el vuelo con las alas cargadas de plomo. De la regeneración depende su futuro.
.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario