(Artículo publicado el 29 de noviembre de 2011 en el diario La Opinión de Murcia)
Por si no teníamos bastante con la crisis económica, una de las pruebas más contundentes de que ya no somos nadie sin Europa, es que el comienzo de la Navidad se ha adelantado al primero de diciembre, cuando no al Adventswochenende o primer domingo de Adviento como ocurre en la muy cristiana Alemania. Sobre esto y sobre la noticia de que en Estados Unidos hay una escuela de Santa Clauses que enseña a los aspirantes a mentir piadosamente a los niños cuando les piden, por ejemplo, un empleo para papá, tenía decidido escribir un bonito artículo prenavideño. Pero como el hombre propone y Dios dispone se me cruzó en el camino mi incondicional Ignatius, ya saben, mi asesor en cuestiones de Decencia, de Prosodia y de Buen Gusto, vestido precisamente con un estruendoso traje de Santa Claus, y me plantó delante de las narices un ejemplar de este mismo periódico, cuyo titular rezaba “Capturan a la rubia que acompañaba al presunto asesino de Mazarrón”:
―Convendrás conmigo a pesar de tu conocida filia por el periódico en el que escribes en que este titular engañoso y malvado constituye un gravísimo atentado a la presunción de inocencia de las rubias de este mundo, ya que la susodicha rubia bien podría ser rubia de botellazo, esto es, morena de verde luna, e incluso pelirroja; o calva, como Rub…
―Detente, Ignatius ―le dije, dando un salto hacia atrás como si hubiera visto al diablo vestido de rojo―. No me enredes con tus desatinos, que tengo que escribir mi artículo de los martes y llevo ya una idea muy clara de lo que quiero decir…
―No puedo creer lo que están oyendo mis oídos ―me contestó Ignatius, abriendo una madrugadora caja de polvorones que llevaba en una bolsa―. Sin duda me han sentado mal los mantecados del desayuno. El cuerpo incorrupto de la Santa Monja Rosvita, modelo de perfección de la mujeres de la Baja Edad Media, se habría removido en su tumba si ésta no hubiere sido removida antes por las huestes zapateras d ela Conjura de lo Políticamente Correcto, que pensaron que era una fosa de la Guerra Civil. Y ya que estamos en esto de la Conjura, al hilo del asunto de Urdangarín podrías escribir un artículo titulado “Jaque al Rey” con el que renovar una vieja teoría mía: que el PSOE, una vez defenestrado del poder a causa de su política de izquierda trasnochada, ya sabes, la reapertura de fosas de la guerra civil, la alianza de civilizaciones, el matrimonio homosexual, las subvenciones públicas a programas de excitación clitórea, las francachelas canónicas con los de la ceja y los sumos sacerdotes de la SGAE, los condones para todos y el insuperable capítulo de las hijas góticas en la Corte del Rey Obama, después de todo esto y de la anunciada pérdida del Reino Moro de Al Andalus, el PSOE post zapaterino, digo,intentaría recuperar el favor ciudadano envuelto en la bandera tricolor republicana. La operación “Jaque al Rey” habría sido diseñada por la Conjura Republicana de lo Políticamente Correcto aprovechando la boda del Príncipe Heredero con una plebeya, a quien la rama mediática de la Conjura habría procurado adornar con todas las virtudes progresistas sin excepción alguna, no para congraciar a la monarquía con el pueblo llano, no, sino con la aviesa intención de hacer mortales a los hijos del César, ya que no podían hacerlo con el César mismo. Empiezo a sospechar que Jaime Peñafiel pueda formar parte de la Conjura. La operación habría continuado vistiendo a la Princesa con pantalones en ocasiones señaladas, muy especialmente el día de la Pascua Militar, con lo que son los señores del sable, y habría continuado haciendo que el Bribón perdiera una y otra vez la regata de la Copa del Rey; y continúa hoy con el jaque al alfil Urdangarín y con el ojo morado de Su Majestad. Esto sí que da para un artículo.
―Pero Ignatius ―le dije―, lo que yo quiero es descansar de la cosa política después del atracón electoral y escribir sobre la Navidad que se aproxima y que…
―Déjate de Navidades y de Felices Pascuas que ya tendrás tiempo ―me espetó, metiéndose, un polvorón en la boca―. Ahora hay que escribir sobre el indulto del banquero Alfredo Saenz perpetrado por el Gobierno del PSOE en uno de sus actos postreros más incomprensibles, o no. O sobre las maldades proferidas por José Bono acerca de que, según las reglas del mus, el PSOE no debería jugar a la chica, en clara referencia a Carma Chacón, lo que promete luctuosas efemérides para el anunciado congreso federal. O sobre el hecho curioso de que los infiltrados de la Conjura anden diciendo que quien ha ganado en España ha sido el cambio, precisamente cuando quien ha ganado olímpicamente las elecciones ha sido el PP de Mariano Rajoy. ¿El cambio, qué clase de cambio?, me pregunto…
Con la cabeza hecha un bombo, la chaqueta azul marino perdida de salpicaduras de polvorón temprano y mi proyecto de artículo navideño hecho unos zorros, corrí a refugiarme en El Corte Inglés, aún a riesgo de que Ignatius la tomara con el primer gran signo de la Navidad cercana, la gigantesca fachada de Cortilandia…
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