(Artículo publicado el 11 de febrero de 2014 en el diario La Opinión de Murcia) |
Me temo que he pasado demasiado
tiempo pensando sobre lo que quería escribir en mi artículo de hoy, con el
resultado funesto de que apenas me queda tiempo para escribirlo antes de que me
cierren la edición. Renuncio a hacerlo sobre la difícil cuestión de la
pederastia, la ONU y la Iglesia Católica, entre otras cosas porque tengo muy
claro que ésta última es una institución mucho más prestigiosa y útil a la
humanidad que lo será nunca la primera, cuyos silencios sobre las sangrientas
persecuciones que están sufriendo los cristianos en el mundo, muy especialmente
en los países islámicos, corren de la mano con la presencia en el Consejo de
Seguridad de países donde los derechos humanos son un espejismo.
Tampoco
voy a escribir sobre el esperpento que ha supuesto, y que seguirá suponiendo
durante mucho tiempo, la declaración de la Infanta Cristina como imputada, en
la que, a pesar de haber prohibido hasta los relojes digitales en el Juzgado, a
los cinco minutos ya circulaba la foto de la Infanta en el estrado y, diez
minutos más tarde, el vídeo.
Este pitorreo
al señor juez y a la señora Ley de Enjuiciamiento Criminal me ha recordado otro
pitorreo, éste mucho más inocente, que tuvo lugar hace varios siglos durante
una clase de religión en la Facultad de Derecho. Sí, sí, querido lector
malasombra, en aquella universidad de los tiempos de la Oprobiosa los
aprendices de juristas teníamos que estudiar, es un decir, lo que llamábamos
“las tres marías”: Religión, Gimnasia y Formación del Espíritu Nacional, fíjate
qué cosas. Pues, como decía, las clases de religión las impartía un canónigo de
la Catedral, fallecido hace algunos años, que se llamaba don Arturo. Era don
Arturo un hombre de buen corazón aunque un poco malas pulgas y un mucho
autoritario, a quien sin embargo toda la autoridad se le iba por la boca y cuyo
mal genio se desinflaba en un solo estallido como una pompa de jabón. Un día,
se le ocurrió a uno de los alumnos llevar a clase una rana de hojalata. La
rana, que todo hay que explicarlo a las nuevas generaciones, era un pequeño
artilugio no mayor que una caja de cerillas provisto de una lámina de metal
que, al apretarla con el dedo gordo, crujía y hacía un ruido doble muy sonoro:
clip-clap. El estudiante, por aquello de que la juerga es antes que el estudio,
empezó a hacer sonar la rana y el concierto de batracios fue pronto coreado por
las risas contenidas de los demás alumnos. Don Arturo, poniéndose muy serio,
levantó el dedo y, señalando la puerta al tocador de ranas, lo echó de clase a cajas
destempladas. A los pocos minutos, para sorpresa de la clase y enfado de don
Arturo, la rana volvió a sonar. Don Arturo, en un nuevo ejercicio de autoridad,
ordenó a otro estudiante que abandonara la clase. Cuando la rana sonó por
tercera vez, la carcajada fue general y la rabieta de don Arturo alcanzó
proporciones dantescas. Echó a otro alumno, y luego a otro, y a otro, y, tras
cada marcha, la rana, inmisericorde, volvía a croar. Pronto no quedó más que un
alumno, su alumno favorito y lejano pariente suyo que, además, tenía la
costumbre de pedirle confesión antes de cada examen. Don Arturo le dirigió una
mirada bondadosa y agradecida y, cuando se disponía a retomar el curso de sus explicaciones,
uno estruendoso clip-clap sacudió los cimientos de la vieja facultad de
Derecho. El alumno preclaro recogió sus bártulos y, con la rana en la mano,
abandonó la clase con una especie de sensación del deber cumplido.
Todo lo
ocurrido con la rana no tuvo consecuencias académicas, entre otras cosas porque
el alumno aventajado volvió a pedirle confesión a don Arturo, quien, a pesar de
su enfado, lo absolvió con unos cuantos padrenuestros de penitencia.
¿Ven
lo que les decía? Ahora que me dispongo a empezar realmente mi artículo para
hablarles de un político singular, de quien me gustan algunas de sus maneras y
otras no tanto, ahora que tengo claro que la vida y milagros de José Mujica, Presidente de Uruguay, me
da para un estupendo artículo en el que comparar su práctica de la austeridad
con la de otros políticos de nuestro entorno, ahora precisamente ya no me queda
tiempo ni espacio para escribir. Una práctica de la austeridad personal, la de
Mujica, muy parecida por cierto a la del Papa
Francisco, de quien sin embargo le separan muchas cosas: Mujica fue guerrillero
tupamaro, mientras que Francisco nunca ha ejercido la violencia en forma
alguna; Mujica es ateo, mientras que Francisco es la cabeza de la Iglesia
Católica; y para quien sepa de esto, Mujica es uruguayo, mientras que Francisco
es argentino. Y sin embargo estas palabras de Mujica que transcribo a
continuación se parecen mucho a otras palabras que pronunció Francisco y que he
reproducido en alguno de mis artículos anteriores:
“Yo no soy pobre, pobres son los
que creen que yo soy pobre. Tengo pocas cosas, es cierto, las mínimas, pero
sólo para poder ser rico.
Quiero tener tiempo para
dedicarlo a las cosas que me motivan. Y si tuviera muchas cosas tendría que
ocuparme de atenderlas y no podría hacer lo que realmente me gusta. Esa es la
verdadera libertad, la austeridad, el consumir poco. La casa pequeña, para
poder dedicar el tiempo a lo que verdaderamente disfruto. Si no, tendría que
tener una empleada y ya tendría una interventora dentro de la casa. Y si tengo
muchas cosas me tengo que dedicar a cuidarlas para que no me las lleven. No,
con tres piecitas me alcanza. Les pasamos la escoba entre la vieja y yo; y ya,
se acabó. Entonces sí tenemos tiempo para lo que realmente nos entusiasma. No somos pobres.”
.
1 comentario:
Quiero dar las gracias a Dios por el uso ( Druwagbale@gmail.com ) como mi fuente de salvación después de 2 años de desempleo y mi amante me dejó solo durante 2 años, sólo el corazón roto hasta que conocí Dr.uwagbale después de un testimonio de las señoras cómo fue ayudado por el mismo Dr. uwagbale , por lo que decidió ponerse en contacto con él y cuando le dije que todo mis problemas se rió y dijo que esto no es un problema. que todo irá bien en tres días. Exactamente el tercer día de mi ex amante me llaman me sorprendió y lo que más me sorprendió fue que una empresa aplica desde hace más de 4 meses llamado y me dijo que debía volver al trabajo tan pronto como sea possible.Am muy agradecido al Dr. uwagbale , si así lo desea ponerse en contacto con él, su correo es ( druwagbale@gmail.com ) él hace el hechizo de la siguiente manera ( 1 ) Si usted quiere que su ex atrás . ( 2 ) que necesita un divorcio en su relación ( 3 ) ¿Quieres ser promovido en su oficina. ( 4 ) ¿Quieres que mujeres y hombres corren detrás de usted. ( 5 ) Si usted quiere un hijo. ( 6 ) ¿Quieres ser rico. ( 7 ) Usted quiere atar a su marido y la mujer a ser tuyo para siempre . ( 8 ) Si usted necesita la ayuda financiera . ( 9 )
Cuidado Herbal Contactar con él hoy ( druwagbale@gmail.com ) Ser Útil pecado enfatizar juez Hoy
Publicar un comentario